En Río buscaré consagrar respeto para esgrima mexicana: Ayala

28/06/2016

Para Julián Ayala. asistir a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, es cumplir con el largo camino de llegar a una justa veraniega, y en Brasil buscará consagrar ese respeto para la esgrima mexicana.



“A Río más que nada voy a buscar ese respeto. Creo que México ha hecho un buen trabajo en esgrima y voy a consagrar ese respeto para mí y mi gente”, señaló el yucateco.



Ayala Navarrete comenzó el camino olímpico a Río cuando tuvo la oportunidad de asistir al selectivo de Chile para Londres 2012. “Sabía más que nada lo que iba a pasar y me preparé para aprender. Sabía que el ciclo rumbo a Río era el bueno para hacer la clasificación a unos Juegos Olímpicos”.



Por eso, a lo largo de cuatro años, el competidor se preparó de manera intensa con fogueo y competencias de alto nivel porque tenía el compromiso de representar a México en una justa veraniega. Esto se reflejó en el Preolímpico de San José, Costa Rica de este año, donde logró la clasificación en la modalidad de sable al vencer a Teddy Weller de Islas Vírgenes.



“La clasificación a Juegos Olímpicos se da en Costa Rica, una competencia muy difícil desde el primer asalto que lo perdí por el error de no sellar mi careta”, mencionó.



En cada competencia que tuvo, Ayala adquirió experiencia desde que inició en el deporte con el equipo de pentatlón moderno en Yucatán, hasta llegar a la esgrima y tomar la decisión de adentrarse a esta última especialidad, aunque tuvo que dejar la natación.



“En natación empecé bastante tarde. como cinco años después y creo que ya no iba alcanzar un máximo para este deporte, entonces decidí hacer algo en la esgrima en otro deporte”, indicó.



Al principio le fue difícil porque hacia pentatlón y tenía como especialidad la espada, y al hacer el cambio a la esgrima, decidió hacerlo en la modalidad de sable. “Quería algo diferente, no llevar el mismo camino de cada pentatleta que sale de ese deporte y se va a esgrima”.



De esta manera se dio la oportunidad de probar algo nuevo y cambiar todo el entorno en el que estaba trabajando. Fueron de tres a cuatro meses de adaptación porque se confundía demasiado.



“Fue complicado, las dos armas son muy diferentes. La espada es más de paciencia, un poco más lenta; en cambio, el sable es más rápido y tienes que pensar más rápido. Había cosas que podía hacer en espada y en el sable no, como cruzar las piernas, correr hacia adelante”.



Conocer más de su deporte lo llevó a involucrarse y enamorarse de la esgrima poniéndose altos objetivos como representar a México en eventos internacionales.



“Tenía una base con la espada, a lo mejor no me servía mucho para el sable, pero era algo importante.



Ya logre una meta, no sólo un sueño que es para cualquier deportista mexicano y todavía falta otro, a lo mejor no lo consigo en Río pero daré la vida, el corazón y mi alma para poder conseguirlo, de no ser así, todavía quedan varios años más, pero creo que este es un paso importante”, agregó.