Reconoce COM a Nadadora Laura Vaca por Trayectoria y Entrega
13/10/2015
Laura Vaca resume su vida como una guerrera, perseverante, profesionista y ama de casa; ella y María Teresa Ramírez son las únicas mexicanas en la historia de la natación del país que han alcanzado una final en Juegos Olímpicos, eso fue hace 47 años en la Ciudad de México en 1968.
Este martes fue reconocida por el Comité Olímpico Mexicano, a través de su presidente Carlos Padilla Becerra, por su participación en dos pruebas finales del programa olímpico de competencias en México 68, en las que concluyó octavo sitio: 800 metros libres (10:02.5 minutos) y 400 combinado individual (5:35.7 minutos).
Desde los 6 años práctica la natación de piscina, a sus 63 años de edad, no solo suma los eventos del ciclo olímpico, sino también la actividad máster y aguas abiertas, modalidad en la que además tiene el cruce de Capri a Nápoles (Italia), como primera mexicana que concluyó los 36 kilómetros en 9:34 horas.
Ostenta en su palmarés individual más de mil medallas a través de 45 años de una carrera importante y relevante para la mexicana por sus resultados.
Ha participado en 9 Campeonatos Mundiales y en la clasificación de la Federación Internacional de Natación (FINA) se encuentra en el “Top 10” en 800 metros libres y 200 mariposa.
Vaca, capitalina de nacimiento, mexiquense de corazón, logró en los recientes Campeonatos Mundiales Máster, en Kazán, Rusia, cuatro preseas doradas: 400 y 800 metros libres, 200 mariposa y 400 combinado individual.
“Recibir este tipo de reconocimientos me mueve, me hace revivir esos tiempos (1968-1972); dos Juegos Olímpicos, después decidí parar unos años para dedicarme a ser esposa, madre, profesionista, tengo un hijo y luego de un lapso retomé la natación como máster, me ha ido muy bien, en el 2014 impuse dos récords mundiales y a mi edad nado más de cuatro pruebas, como lo hacía de joven”.
Recuerda que a los 9 años, que su primera actuación fue en los Campeonatos Centroamericanos Infantiles y Juveniles de natación, en Ciudad Universitaria.
Con sus 57 kilogramos de peso y 1.62 metros de estatura, la reconocida nadadora dijo: “Me gusta ser una guerrera, con la natación aprendo cada vez a conocerme más y saber que no hay límites, esos los pones tú; hay que seguir luchando. El deporte me ha dado salud mental y física y eso no se compra con nada.
Me siento orgullosa de representar a mi país, siempre pensado en mi segunda casa, el COM, que me acogió durante años en entrenamientos. La satisfacción es enorme; este reconocimiento no tiene valor económico, sino emocional y lo es mucho”.
Finalmente, dice que las nuevas generaciones de la natación tendrán que ser perseverantes, tenaces y sobre todo “creer que pueden. Todo se puede hacer si tienes amor por lo que haces. Se van a caer, pero tendrán que levantarse con actitud. Jamás deben renunciar a sus sueños”.