Tiene Rut trabajo sicológico para alcanzar sus sueños

24/12/2019

Después de un año 2019 de altibajos, la mexicana Rut Castillo se enfocará en una misión que si bien parece complicada, no es imposible: lograr un boleto en gimnasia rítmica para los Juegos Olímpicos Tokio 2020.

“Me encantaría formar parte de un evento tan bonito y que promueve valores como la paz y la hermandad, es uno de los pendientes de mi carrera y para ello estoy trabajando al doble”, comentó Rut, de 29 años de edad.

Para conseguir su meta, la seleccionada tendrá que coronarse en la modalidad all around del Campeonato Panamericano que se realizará en mayo próximo, con sede aún por definir.

“Estoy afinando mi técnica y trabajando en la dificultad de mis rutinas para ser lo más limpia posible. Además, le pongo especial atención a lo que considero fundamental para conseguir el éxito y se trata del trabajo sicológico.

Creo que hasta los mejores del mundo se ponen nerviosos por lo que también se debe dar importancia a la parte mental”.

El 2019 fue complicado para Castillo, pues no alcanzó los objetivos trazados.

“En 2018 me fue muy bien al ser campeona centroamericana y lograr buenas participaciones individuales a nivel internacional; sin embargo, este año no obtuve la medalla que mi entrenadora y yo esperábamos en los Juegos Panamericanos y eso me dejó muy dolida. Afortunadamente, después de un descanso, pude reponerme y reafirmar el compromiso que tengo conmigo y México”.

Con 19 años de trayectoria, Rut tiene que reinventarse cada día, pues en su deporte las competidoras son cada vez más jóvenes.

“Cuando fui al Mundial me di cuenta que era la de mayor edad. Al principio fue raro, pero después me sentí orgullosa de saber que a pesar de mi edad me mantengo al parejo de niñas de 15 años que realizan ejercicios muy complicados”.

En sus buenos y malos momentos, la gimnasta cuenta con el respaldo de su familia integrada por sus padres y ocho hermanos.

“Todos ellos son deportistas; mi mamá aún compite en pruebas de natación, mi papá fue futbolista y uno de mis hermanos es Job Castillo, quien practica el badminton. Todos ellos entienden muy bien los sacrificios que tengo que hacer por alcanzar mi sueño y me apoyan”.

Aunque es una ‘veterana’ en su especialidad, la tapatía aún no vislumbra el adiós.

“Muchas veces me pregunto porqué sigo en la gimnasia y creo que después de darle muchas alegrías a mi país, aún no llego a mi nivel más alto. Todavía tengo sueños que cumplir y seguiré activa mientras mi cuerpo y mentalidad me lo permitan”.