Yanic Gentry, de paseos dominicales por Valle de Bravo hasta Río 2016
05/04/2016
Para Yanic Gentry el haber conseguido la clasificación a los Juegos Olímpicos Río 2016 fue un sueño hecho realidad, ya que desde niño tuvo el deseo de competir en la máxima justa deportiva veraniega, y para hacerlo tuvo, que pasar por la natación, triatlón y el futbol, hasta que por intuición y gracias a sus padres, encontró en la vela el escaparate para cumplir con su objetivo.
Recordó que desde los siete años de edad tuvo contacto con los deportes. La natación la probó por azares del destino, y cuando aprendió a dar brazadas, se interesó por algunas competencias, pero no encontró la satisfacción que requería.
Luego se adentró al mundo del triatlón y sintió la necesidad de ir más allá, de experimentar su capacidad de triunfo; así que pisó los campos de futbol, en busca de sentir más satisfacción.
Y fue con los paseos del fin de semana a Valle de Bravo, Estado de México, cuando Yanic se enamoró de la región y de la vela, deporte que considera fascinante por tener contacto con el mar y sus enigmas.
“La primera vez que conocí el deporte de la vela fue por mi papá, ya que frecuentábamos unos de los clubes más antiguos en Valle de Bravo como el Náutico Avándaro. Íbamos de paseo a ver competir a mi tío Gerret, quien tiene experiencia en Juegos Centroamericanos, y de ahí me gustó”, contó.
De aEcendencia alemana, pero con raíces mexicanas, el competidor poco a poco se aferró al deseo de velear. Aquellas salidas al Estado de México ya no fueron por diversión, sino por el compromiso de competir y lograr sus objetivos trazados desde que se hizo de una embarcación.
“Siempre tuve el apoyo de mi familia, mi hermano se subía a una lancha cuando podía y me acompañaba. Siempre creyeron que podía lograr esto”, comentó.
Añadió que desde hace cuatro años se trazó la meta de representar a México en unos Juegos Olímpicos y aunque tuvo que retrasar sus estudios universitarios, ahora todo eso se ve recompensado.
“En la Universidad me peleaba por las faltas, me tardé un año más de lo que estaba en mi plan de estudios por estar entrenando, por perseguir este sueño desde Londres”, expuso.
Gentry, quien hace un año se graduó como ingeniero civil, abundó que el deporte es una de sus grandes pasiones pues en los pocos ratos libres que tiene, gusta de hacer ciclismo, una especialidad similar a la vela porque hay resistencia y fuerza para las piernas.
“Me gusta aventurarme, subirme a la montaña, viajar, explorar, salir a carretera y llegar a situaciones donde uno tiene que resolver cosas muy rápido”, expresó.
Comentó que haber entrenado con Tania Elías Calles, medallista mundial, fue un detonante para seguir en este deporte. “En enero se dio el salto más grande entrenando con Tania y siendo parte de un proyecto de México. Me enseñó mucho y sobre todo, a ser disciplinado”.
Añadió que gracias a ello tomó el deporte con más seriedad, ya que cuando supo de la cercanía de clasificar a sus primeros Juegos Olímpicos, se dedicó al 100 por ciento a la vela.
“Me preparé lo mejor que puede, y me di cuenta que físicamente estaba bien, sólo me faltaba estar mentalizado para hacer bien las cosas, y a la Copa del Mundo de Miami, llegue en buenas condiciones”, afirmó.
Enfatizó que hace cuatros años era un sueño pensar en Río de Janeiro 2016, pero ahora que ya es una realidad “estoy muy emocionado por ir, entraré con esas ganas, ya que dicen que es complicado. Quiero aprovechar ir antes para familiarizarme con el ambiente y el agua”.
Yanic Gentry está a unos meses de su debut olímpico en la clase láser. Sabe que aquellos paseos dominicales a Valle de Bravo fueron el inicio de un camino que tenía como puerto final: los Juegos Olímpicos de Río 2016.