23/03/2015
Ernesto Canto Gudiño siempre fue un triunfador. Desde juvenil supo paladear el sabor de la victoria y llegó al climax de su carrera deportiva con la medalla de oro conquistada en Los Ángeles 84 con récord olímpico, ratificando así el nombramiento que le dio la IAAF un año antes como “Mejor Andarín del Mundo”.
Algunos especialistas pusieron en tela de juicio su victoria ante la ausencia de los países del bloque socialista, expertos en la marcha, sin embargo, meses antes ya los había derrotado cuando se proclamó campeón mundial en Helsinki.
Los países del bloque del este europeo (excepto Rumania), en respuesta al boicot de EU a Moscú 80, hicieron lo propio con la justa angelina. La URSS, líder del movimiento, aseguró falta de garantías para sus atletas y canceló su participación a menos de dos meses del comienzo de los Juegos.
Canto, quien nació el 18 de octubre de 1959 en el DF, se inició en la caminata a los 9 años, y en 1972 obtuvo el título Nacional Infantil en Monterrey. Su primer logro internacional fue a los 14, se llevó el Centroamericano juvenil de Caracas 74 (10 km.) y tres años después repitió la hazaña en Xalapa.
En 1977, primer lugar en el Juvenil de América, en Montreal. En 1978 triunfó en el Centrocaribeño de Atletismo en Mayagüez, Puerto Rico. En 1980 realizó una gira europea, triunfando en la Copa Ruse (Bulgaria) con la mejor marca mundial del año (1:19.01 horas).
Su primer victoria de renombre la conquistó en 1981 en la Copa Lugano de Valencia (España), luego venció en la Semana Internacional de Caminata, Noruega-Suecia. Ese mismo año e dieron el Premio Nacional del Deporte. En 1982, otro oro de Canto, ahora en los Centroamericanos y del Caribe La Habana.
En 1983 fue nominado “El mejor Andarín del Mundo en 20 kilómetros” recibiendo el trofeo Hispanidad por ser campeón panamericano en Caracas, y del Mundial de Atletismo de Helsinki (Finlandia) con crono de 1:20.49 horas.
Un año después rompió la marca mundial de la hora en el Grand Prix de Softeland en Bergen, Noruega al recorrer 15 mil 253 metros, superando los 15 mil 129 del soviético Valdas Kazlauskas. Un día después impone récord mundial de 20 kilómetros (1:18.38) destrozando el de su ídolo Daniel Bautista (1:19.49).
Sólo le faltaba la gloria olímpica y la conquistó en el Memorial Coliseum. Canto se adueñó discretamente de la punta en los primeros 5 y 10 kilómetros; se la quitó el italiano Mauricio Damilano en el 12, pero “tronó” en el 18, y Ernesto volvió con renovados bríos al primero y nadie le hizo sombra: cruzó la meta en 1:23.13 horas.
Canto vuelve años más tarde a la actividad para vencer en la Copa Randers en Dinamarca durante 1989, un año después ganó la Copa de las Naciones en Munich, y los Juegos de la Amistad en Seattle.