23/03/2015
Atenas, 26 de agosto. “Hice con el corazón el trabajo que me llevó a ganar este segundo lugar, el cual para mí representa un triunfo mayor”, expresó con emoción Oscar Salazar tras conseguir la presea de segundo lugar en taekwondo, categoría menos de 58 kilogramos., en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
La medalla se la dedicó a México entero “con todo el corazón para todos los que han dado seguimiento a mi labor. A todos los que creyeron en mí, que me apoyaron más del cien por ciento hasta el último momento”.
Confiado, agregó: “Estoy muy satisfecho de lo que he hecho, Dios estuvo conmigo y es un sueño hecho realidad, porque toda la familia me inculcó estar en unos Juegos Olímpicos y ganar una medalla. Mi familia está muy emocionada y contenta, al igual que yo porque esta presea la he conseguido con base en mucho cariño, esfuerzo y sacrificio”, explicó.
El atleta, que en sus combates camino a la final se mantuvo con un buen nivel, comentó que “desgraciadamente esto es de aguantar la presión por lo que en el último no supe desarrollar la mejor estrategia, porque los puntos no fueron tan claros a favor del contrario, quien aprovechó mis errores al quedarme corto en la distancia cada vez que ataqué”. Recordó que “el que aprovecha los errores del contrario es el que gana y en esta ocasión no fue la excepción”, e insistió en que “competí con el corazón, me brindé, yo quería ganar, no se pudo, pero siempre luché con el corazón”.
Respecto a que su papá, Reynaldo Salazar, es su entrenador, algo que se ha dado por primera vez en la historia del olimpismo, opinó que “esto es importante, él me inició en el taekwondo, le tengo toda la confianza”.
“El siempre me levantó el ánimo, pero es difícil convivir con un entrenador así todo el tiempo”, concluyó.
Oscar Salazar enfrentó al dominicano Gabriel Mercedes, al ucraniano Oleksandr Shaposhnyk y al vietnamita Huan Nguyen Quoc antes de medirse a Chu Mu Yen, de China Taipei, en la final.