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14/03/2017
Entrenamientos de madrugada, a medio día, por la tarde, dietas, sesiones de fisioterapia, entrenamiento psicológico, juntas con el equipo, dormir temprano, pocas salidas, fines de semana compitiendo, fiestas que terminan muy temprano, entrenadores que se inquietan por el romance de sus atletas, mismos que se preguntan si es correcto para su rendimiento tener pareja, entrenadores que invierten más tiempo preparando a los deportistas, del que conviven con sus parejas… y aun así, el amor vive.
Al ser una de las emociones básicas, el amor es inevitable, deseable, emocionante, energizante, y al mismo tiempo, puede ser atemorizante por las reacciones que se suele tener frente a él. Al estar enamorados se tiene más energía para entrenar pero, al ser una emoción muy intensa se toman decisiones que, en muchos casos, son inadecuadas (desvelarse, uso excesivo del celular, acortar entrenamientos, etc.) en pos de estar más cerca de la persona amada.
El amor es necesario, nutre y provoca reacciones que, bien canalizadas, dan al atleta y entrenador un mayor sentido en lo que hace y una sensación de acompañamiento en el camino duro de la preparación y las competencias.
Sin embargo, para las parejas de los entrenadores y atletas puede ser una experiencia compleja, ya que las actividades y ritmos son muy distintos a las personas que no están en este ámbito. Unos, como otros, viven la experiencia fabulosa del amor pero al mismo tiempo de la adaptación y respeto a las actividades para alcanzar el rendimiento deportivo: una tarea de gran nivel.
Por tantas parejas, novias y esposas que participan de muchas maneras en la carrera deportiva de entrenadores y atletas, es que se hace necesario reconocer y valorar su compañía, atenciones y comprensión, mostrando la solidaridad y empatía que merecen y recordándoles que los logros en el deporte son multifactoriales, de manera que ellos participan también en este mundo del logro de objetivos.
Ciertamente el estar absortos en los entrenamientos, presionados por las marcas, los chequeos, viajes y por las tantas sesiones de trabajo, es que se hace imprescindible abrir los ojos y mirar a quien junto a cada atleta y entrenador, ha estado cerca muchas veces de buen humor y otras no tanto. Pensar con empatía, simpatía y generosidad, es una tarea que ayudará a mantener y elevar la calidad de la relación.
Vivir con atletas o entrenadores es también estar en el alto rendimiento. Reconocer su valor, su paciencia y tolerancia, es un gesto de interés y madurez.
He aquí una manera de intentar entender lo que vive la pareja de deportistas y entrenadores, como una forma de ofrecerle el reconocimiento que merece.
Querida pareja:
• Despertar y verme lista para ir a entrenar, o despertar y no estar ahí porque me fui a un campamento o competencia, es un asunto frecuente. Además los fines de semana sueles estar solo porque me voy a competencias.
• Es tan difícil que podamos coincidir en las fechas de vacaciones. Sé cuántos malabares haces para que podamos empatar.
• Suelo llenar los cajones con tines, licras, camisetas deportivas y pants, y te dejo un espacio minúsculo para tus cosas.
• Los días de descanso no entreno, pero se me ocurre que un partido de fútbol o básquet o un trote ligero, es una buena idea.
• Es tan común que en vez de oler a perfume, tenga ese aroma a pomada desinflamatoria.
• Frecuentemente me desconecto del mundo y no contesto los mensajes por estar entrenando, descansando, en fisioterapia, psicología o medicina.
• Esas tardes cuando ya terminó la sesión de entrenamiento y viene el esperado descanso, suelo estar acompañado de terapias de contraste o sonidos de lavadoras con cargas enormes de ropa sudada.
• Cuando por fin podemos ir al cine, el cansancio gana y es posible que cabeceé y me pierda un buen trozo del film.
• Aunque no me vaya bien en una competencia, eres tú quien está a mi lado y me impulsas a entrenar y trabajar más.
• A veces platicamos por horas y yo estoy tan cansado que pongo menos atención o me quedo dormido.
Querida pareja: Veo con claridad el esfuerzo que haces para estar conmigo y no solo lo agradezco, sino que correspondo con respeto, afecto y enormes ganas de que todo fluya. Estaré pendiente de ti y de tus necesidades, así como tú estás pendiente de mí.
En el deporte, el amor está presente porque es saludable, necesario y sin duda requiere de cuidados. Así como el deporte requiere de compromiso y mantener niveles de motivación para seguir y avanzar, ayuda a que seamos mejores y a tener un sentido más amplio de ser.
M.P.D. Margarita Cerviño Bárcena
Psicóloga del Deporte
psic.paralimpic@gmail.com
FB: La Psicóloga Del Deporte